The Joshua Tree, 30 años después

A estadio lleno, los irlandeses desplegaron un show magnificente de principio a fin; repasando a 30 años de su lanzamiento, todos los éxitos de The Joshua Tree, plus una artillería de temas varios de su extenso repertorio.

Siendo previamente escoltados por Joystick, banda indie de la ciudad de Chabás, Santa Fé, quienes prepararían el terreno para la segunda presentación mas importante de la fecha: Noel Gallagher’s High Flying Birds. El inglés, lejos de ser el showman que su hermano es, dio una demostración de rock clásico británico, casi inmóvil, tocando canciones del repertorio de su actual banda, incluido el single Holy Mountain, estrenado esa misma jornada y versionando temas de Oasis de forma lenta (y apagada) como Champagne Supernova y Wonderwall, lejos de otorgarles la energía que Liam le transmite a las canciones cantadas por él.

Noel se retiró junto con la tarde. En un momento determinado, las luces que iluminaban al público se fueron, Larry se dirigió entre la penumbra hacia una batería que le habían ubicado especialmente en la península del escenario y arrancó el compás de Sunday Bloody Sunday, alargándolo, de manera tal de introducir a los músicos poco a poco. The Edge lo siguió, luego Bono y finalmente Clayton. La gran pantalla del escenario se encontraba apagada y por un momento pensé que eso iba a ser todo, que esa pantalla jamás se iba a iluminar, y que de alguna manera iban a hacer un show en penumbras. Lo fué durante 3 temas. Al primero lo siguió New Year’s Day, muy enérgico, y al segundo lo siguió una versión de Bad, diferente a la de estudio, pero igual de bella y emocional.

Denegando lo que parecía ser un completo show de «solo sentir la música» para quienes veían de lejos, la pantalla suavemente se fué encendiendo, pasando de un tono amarillento a rojo, momento increible, que se fundió con la atmósfera de frecuencias bajas que Where The Streets Have No Name tiene que ofrecer en su comienzo, sistema visual y auditivo invadidos. El arpegio de The Edge le dió comienzo a lo que sería el repaso completo de The Joshua Tree, tema por tema, de principio a fin.
La voz de Bono, lejos de estar percutida, se escuchó en forma excelente, impresionando en algunos momentos con tremendos pasajes tonales. No solo cantó lo que tenía que cantar, sino que se dio el lujo de aplicar arreglos a casi todos los temas, que en ningún momento quedaron fuera de lugar. Hasta el último tema se lo mostró energético.

The Joshua Tree fué interpretado de manera corrida, casi sin pausa entre los temas. Para cuando me abstraje de estar absorto, habían tocado el disco entero. I Still Haven’t Found What I’m Looking For, With or Without You, Bullet the Blue Sky, Running to Stand Still siguieron. Una versión diferente a la de estudio de Red Hill Mining Town cautivó y emocionó, rellenada de fondo por una orquesta sinfónica pre-grabada. Trip Through Your Wires abrió con Bono en la armónica, ejecutada de manera impecable. Exit, con su característico sonido de bajo predominante fué cerrando el disco con un poder y transmisión impresionantes. Mothers of the Dissapeared le dió cierra a The Joshua Tree con un emocionante «el pueblo vencerá» chorus.

Luego de un descanso, una bola espejada bajó de las alturas, la pantalla se volvió multicolor, y una introducción a Beautiful Day le dió ingreso nuevamente a los europeos. A continuación, como para coincidir las vibraciones que dejaba la canción que concluía, Elevation y Vertigo fueron interpretados. La banda se retiró nuevamente, para regresar una última vez a tocar un encore de 4 temas. You’re the Best Thing About Me, canción que va a formar parte del próximo disco de los irlandeses, fué interpretada, de manera muy acertada, por ser un tema nuevo. Ultraviolet (Light My Way) prosiguió el repertorio, con una dedicación previa muy especial a todas las mujeres del planeta. El video proyectado mientras desarrollaban la canción mostraba femeninas que han impactado a la humanidad a través de la historia, tanto de Argentina, como del resto del mundo, fué un momento muy emocionante para el público presente, sensación repetida a lo largo del recital, no invocada por cualquier banda. One vino luego, para continuar con la vibra que había dejado Ultraviolet.

El día 10 el espectáculo cerraba ahí, pero los que fuimos el 11 tuvimos la fortuna de escuchar un tema mas. Cerraron con el primer single de la historia de la banda: I Will Follow, despertando un pequeño pogo final multitudinario, cerrando una noche magnificente e inolvidable de 22 temas. Profesionalismo, transmisión energética y carisma son algunas de las características que aplican a estos legendarios músicos activistas. Larga vida a U2.